jueves, 20 de marzo de 2014

Las urracas


Las urracas son curiosas y atrevidas, pero no es casualidad. Ovidio ("Metamorfosis", V, 298-310) cuenta como nueve doncellas de las Pérides habían tenido la osadía de retar a las nueve Musas a un concurso de canto. Los dioses no se andan con tonterías y el resultado del certamen es de todos conocido: las muchachas acaban convertidas en unos pájaros negros de graznido desagradable. Desde entonces estas inteligentes passeriformes con el ocurrente nombre latino de Pica, pica han simbolizado en la iconografía cristiana las palabras vanas.
Pero el arte que se ha cebado con ellas, de alguna manera, también las ha rehabilitado. La nieve no sería tan blanca en Monet sin esa urraca tan negra sobre una cerca, ni el Manolito Osorio de Goya tan encantador si no sostuviese un cordel tirando de una urraquilla y Braque tampoco habría podido abrir el espacio sin contar con ella.
El Museo Nacional de Ciencias Naturales tiene un maravilloso grupo de nueve urracas naturalizadas, quizás aquellas jovencitas tracias, expuesto en una de sus salas. El ejemplar de la foto pertenece a la colección de Aves del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Fotografía: © Jesús Muñoz Fernández. MNCN. CSIC