Una brumosa mañana de Enero de 1778 el Westmorland, una
fragata corsaria británica procedente de Livorno y capturada en el
Mediterráneo, entraba escoltada en el puerto de Málaga por dos barcos de guerra
franceses. España, aunque no estaba en guerra con Inglaterra, colaboraba con
Francia en su apoyo a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. El
navío transportaba gran cantidad de obras de arte, libros y otros objetos preciosos
atesorados por los viajeros británicos del Grand Tour. Era un viaje iniciático
a las fuentes de la Cultura que entonces se buscaban en Roma y Nápoles.
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© Museo Nacional de Ciencias Naturales |
Los cajones incautados al Westmorland fueron comprados por
el gobierno español y sus obras de arte repartidas en distintos museos
estatales. Entre ellas se encontraban varias tapas para mesa confeccionadas con
piedras duras. Quizás, la más notable sea la conservada en el Museo Nacional de
Ciencias Naturales. Es una superficie rectangular que forma un damero, a la
manera de un muestrario, con diferentes tipos de mármoles, alabastros y rocas
fósiles, muchas de ellas obtenidas en las excavaciones romanas. La mesa fue
construida con un interés erudito y anticuario: parecía querer reunir en un
espacio reducido todos los materiales que levantaron la Antigüedad, el arte del
Renacimiento y el Barroco. Se puede contemplar en la Sala de Geología del Museo Nacional de Ciencias
Naturales.
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